Apuntes de Economía y Sociedad Vol. Núm. 4 (1), enero - junio 2023 ISSN: 2709 - 7005
MITOS Y REALIDADES DE LA INVESTIGACIÓN SOCIAL
MYTHS AND REALITIES OF SOCIAL RESEARCH
Editorial
Palabras clave: investigación social, competencias territoriales, aprendizaje colectivo, desarrollo integral sostenible.
Keywords: Social research, territorial skills, collective learning, sustainable integral development
Introducción: A partir de la experiencia y en el contexto de la celebración de los 30 años de la Corporación Universitaria
Minuto de Dios UNIMINUTO, compartimos desde nuestra institución algunas reflexiones sobre mitos y realidades de
la investigación social. Pretendemos siempre establecer caminos de aprendizajes colectivos que permitan y dinamicen el
tránsito en varias vías de saberes, experiencias, buenas prácticas y aspectos de mejora que lleven a una investigación más
participativa, pertinente y que aporte al desarrollo integral sostenible de personas, comunidades y territorios.
En este sentido, en las últimas décadas, y en los diversos ámbitos de actuación, la visibilización y protagonismo de los
actores entorno a un territorio, pero también a un proceso de investigación, han enriquecido y dinamizado el método y por
supuesto los resultados alcanzados. Las comunidades educativas (estudiantes, profesores y graduados) y las múltiples
figuras que comparten en un marco, han facilitado la movilización no solo de ideas o procesos, sino de saberes llevando a
una investigación con características experienciales y procesos importantes de flujo de trabajo, que agregan valor y de
cocreación de ideas e iniciativas que consolidan comunidades científicas y sociales, resultados efectivos en el desarrollo
de los individuos y la potencialización de la capacidades territoriales.
Sin embargo, a pesar de los avances alcanzados que han permitido, si no eliminar, difuminar algunas líneas entre las
disciplinas se requiere motivar un mayor flujo de interacción que permita, a todos los actores, redescubrirse como seres
sociales y como tal requieren de otros para no caer en solipsismos científicos que no dan respuestas ni aclaran las
complejidades de la vida que nos presenta esta casa común, en la misma sintonía que lo presenta el papa Francisco, en la
Encíclica Laudato Sí, del 2015.
De esta manera, y siendo un llamado praxeológico, desde cualquiera de las áreas del conocimiento y con miradas de mayor
interdisciplinaridad hay un ejercicio que implica comprender diversos aspectos como lo es la política pública, porque no
podemos estar alejados de ella, de lo que sucede por la sencilla razón de saber que lo público es lo de todos, es lo tuyo, lo
mío. Por lo que si tenemos la posibilidad de compartir o visibilizar estos avances científicos en este medio (revista
científica “Apuntes de Economía y Sociedad” de la Universidad Autónoma de León, Managua, Nicaragua) es porque
reconocemos que actuamos en un entorno compartido, donde el bienestar de las personas es una responsabilidad de todos,
dado que velamos por la gestión efectiva de la política pública y de la incidencia de la ciencia en el buen vivir; en este
sentido, debemos alcanzar niveles de comprensión de las situaciones y realidades, alrededor de la evaluación personal, al
culminar los programas formativos, cuando realizan las pruebas de estado para validar las competencias, es decir: ¿Qué
es lo qué hago?, ¿cómo aprendí?, ¿para qué me sirve?, ¿qué aprendí?, y algo que es importante: ¿para qué nos sirve como
sociedad, eso que experimentamos?, entre otros.
Jefferson Enrique Arias Gómez PhD.
Corporación Universitaria Minuto de Dios UNIMINUTO
Grupo de Investigación GEPADES MD
Email: jarias@uniminuto.edu
ORCID: https://orcid.org/0000-0002-0336-1106
DOI: https://doi.org/10.5377/aes.v4i1.16154
Forma sugerida de citación: Arias Gómez, J. (2023). Mitos y realidades de la investigación
social. Apuntes de Economía y Sociedad, 4(1). 04-07. https://doi.org/10.5377/aes.v4i1.16154
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Apuntes de Economía y Sociedad Vol. Núm. 4 (1), enero - junio 2023 ISSN: 2709 - 7005
Preguntas y resultados que marcan una perspectiva que, en el quehacer, establece condiciones clave para los grupos de
trabajo e investigadores y enmarca el ejercicio en un ciclo permanente que integra, desde la gestión, elementos clave para
el proceso; entre ellas, evaluación, aprendizaje, transformación y acción, que llevan a los diversos actores que comparten
un territorio -cada vez más amplio- a alcanzar una comprensión de la política, de loblico, como un ejercicio cotidiano,
de estar pensando en las necesidades de todos y que una ruta de soluciones al desarrollo de procesos investigativos
fuertes, integradores y participativos. Acción, comprensiva, que debe integrar profesiones -disciplinas- y esfuerzos
colectivos, porque las problemáticas y retos se deben resolver no solo desde una gestión pública innovadora, moderna y
eficiente, sino de procesos de cocreación y trabajo colaborativo frente a una necesidad poblacional o territorial, a partir de
los rasgos y la diversidad de generar soluciones pertinentes y óptimas.
Así, en un marco de diversidad, de análisis y construcción colectiva, y haciendo zum sobre el sistema educativo, aun en
entornos controlados como el aula de clases, se perciben y evidencian rasgos singulares, aspectos particulares y diferencias
marcadas -incluso en entornos compartidos- por lo que una investigación más participativa que integre actores en el
territorio, que dé oportunidades a poblaciones en este siglo XXI y, en dicho contexto, las instituciones de educación tienen
la tarea de formar ciudadanos globales, creativos, innovadores y capaces, que logren articular el método, la realidad y la
proyección.
Por lo que el reto es desarrollar métodos y procesos que motiven y dinamicen la participación de los diversos actores que
comparten los espacios que delimitan el entorno investigativo, con herramientas y diálogos que desde una perspectiva de
observación y análisis conviertan a la investigación en un ejercicio de vital importancia, que además de hacerse agradable
para todos, permite evidenciar una caracterización de personas, comunidades y territorios estableciendo dinámicas para
reconocer: ¿Qué se espera del proceso investigativo?
Inmersos en este contexto de una investigación cada vez más participativa, se exponen tres mitos en investigación con sus
respectivas realidades para develar las rupturas epistémicas y culturales que allí surgen y abrir fronteras de trabajo colectivo.
El primer mito y su realidad es la creencia de que el conocimiento está seccionado y viene en compartimentos que llamamos
ciencias o disciplinas, es decir, desde una persona graduada de la administración y que desarrolla investigación alrededor
de esta disciplina, o del ingeniero e investigador, o el médico y pesquisador de la medicina… ese mito se rompió hace
algunos años, porque hoy se trabaja de manera interdisciplinaria, pues nadie sabe, o mejor, nadie puede responder a las
problemáticas humanas, sociales y territoriales desde una sola perspectiva, una sola mirada, es ahí donde se empiezan a
romper los límites de las ciencias/disciplinas. Realmente el investigador necesita de otras profesiones, de otras perspectivas
y realidades, porque se requieren de diferentes contextos y entornos que complementan la que cada uno posee desde su
formación y experiencia; esto es lo que pone en juego las múltiples competencias.
Una posibilidad de cómo pasar del mito a la realidad, se puede ver a partir de la pregunta: ¿Cómo desarrollar n más el
ejercicio de una mayor cohesión entre los integrantes de un territorio? Interrogante que, a su vez, genera varias vertientes
de reflexión relacionadas con categorías, variables y componentes alrededor de aspectos poblacionales y sus necesidades,
rasgos y diversidades. Si observamos un territorio como Pasca, una población fundada por Juan de Céspedes Ruiz, con 12
mil habitantes, ubicada a 3 horas del sur de Bogotá. En este municipio de la Provincia de Sumapaz, departamento de
Cundinamarca, se encontró una balsa de oro, referente del patrimonio colombiano. Alrededor de esta reliquia se
descubrieron varios vestigios de una cultura ancestral del país; hoy y en función de lo que ha venido haciendo UNIMINUTO
desde el concepto de Bogotá región, se busca bajo el manto de la documentación, sistematización y visibilización, un
método participativo de investigación potencializado con modelos ya desarrollados desde las rectorías UNIMINUTO
Parque Científico de Innovación Social y UNIMINUTO Bogotá, como el concepto de negocios verdes comunitarios,
ingenieros a tu territorio, STEM, biofábricas, Laboratorio psicosocial comunitarios, Laboratorio de territorios inteligentes
INTELAB, entre otras acciones que permiten y motivan la integración de diálogos entre la académica y las comunidades
(Martínez, Morales, & Gómez, 2018).
El segundo mito y su sentido de realidad es la investigación como una manera de extractivismo científico. Antiguamente,
bajo el criterio de objetividad algunos enfoques científicos encontraban en las comunidades un nicho importante para
realizar investigación y extraer datos, que luego serían procesados en centros de investigación, sin reconocimiento de la
fuente. Bajo ese principio de independencia, de objetividad o mitigación de la subjetividad, que se logra con el aislamiento
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de los sujetos, es decir, el sistema de relaciones entre las comunidades, las comunidades científicas y los datos se establece
una membrana entre los sujetos, datos y el contexto para reconocer la verdad que soporte los resultados de la investigación.
Esta comprensión hizo carrera durante muchas décadas porque en realidad se crearon imaginarios entorno a la manera en
cómo debería hacerse la ciencia, en la lontananza de la subjetividad, como si el sujeto no tuviera un papel fundamental en
la construcción de la ciencia, como si su intervención la contaminara, le arrancara su veracidad.
Para reconocer contextualmente un ejercicio de extractivismo, recordemos algunos procesos de recolección de información.
Los equipos de investigación ingresaban a las comunidades, de alguna manera se encontraba relación con un miembro que
abría la puerta y los presenta ante los demás miembros de la sociedad o del marco de la investigación. Ahí, inicia el proceso
de recolección de información por medio de diferentes instrumentos, tales como: entrevistas, diarios de campo, encuestas,
entre otros. Se documenta al máximo la información, luego, los equipos salen de los territorios.
Resulta ser una manera de hacer extractivismo, porque ese conocimiento ya es extraído de la comunidad pues pertenecía a
ella, por lo tanto, el ejercicio debería ser con la comunidad, en el territorio. De acuerdo con lo anterior, también deberían
estar en los diversos procesos de elaboración de los productos-frutos que de allí emergen, por ejemplo, en los libros como
coautores, como cocreadores de esas formas de dar a conocer las culturas.
La sociedad ha creado una coalición que en la actualidad no trata de hacer activismo de conocimiento, extractivismo de
datos, en estos momentos trata de hacer un ejercicio de construcción del conocimiento, alrededor de lo que se plantea sobre
la apropiación social del conocimiento y cómo los individuos y la sociedad se sienten orgullosos de trabajar con las
universidades, los grupos de investigación, porque se reconocen como protagonistas del sistema que promueve las
transformaciones de las sociedades y los sujetos.
Un tercer mito y realidad se encuentra en el entendido de una ciencia que solo se produce en los grandes laboratorios y por
científicos reconocidos. En general, la investigación que conocemos o tenemos en la mente del investigador de bata blanca
se ha posicionado a través de imaginarios elaborados mediante películas, periódicos o noticias, entre otras, y presentan una
investigación anónima, en lugares que son neutrales, como lo plantea M. Augé (1998), unos “no lugares”, o “lugares de
transitoriedad”, que no tienen la posibilidad de generar los datos, como consecuencia de su levedad existencial, es decir,
aparecen y desaparecen de manera rápida sin condiciones de autoorganizarse.
Por supuesto, también hay investigación de bata blanca. Las universidades brindan oportunidades de hacer estudios
posgraduales (maestrías y doctorados) en otros países, en los cuales profesores y profesoras tienen la posibilidad de
reconocer estructuras con líneas de producción; allí se encuentran investigadores de bata blanca, en sitios donde hay que
entrar con careta, gorro, vestido blanco […] porque hay investigación que guarda ciertas condiciones de salubridad o se
trabaja con componentes de riesgo y este tipo de indumentarias minimizan la exposición al peligro de contaminar las
muestras o afectar a las personas.
Hay sentimientos encontrados de estimación por alguna de estas dos maneras de acercarse a la realidad, de escudriñar y
brindar soluciones a las problemáticas que cada una se ha planteado, que le dan su razón de ser. El mito radica en la
reducción de la comprensión científica, en las maneras tan limitadas que tienen de abarcar el pensamiento científico. El
modo como evitaríamos caer en la tentación del reduccionismo y no generar sesgo en el día a día, en la profesión, en la
investigación, en no perder el contacto con la comunidad, para que esa relación dinamice el desarrollo humano social y
técnico, ubicándolo en un contexto actual. De cierta manera es estar interactuando-viviendo en un mundo profesional mucho
más modernizado, más digitalizado, que permita reflexionar mo se va desarrollando y cómo el conocimiento se vuelve
un archipiélago en un océano de conocimientos, como lo señala Morin.
Entonces, estamos invitados a generar una conciencia colectiva para establecer rupturas paradigmáticas que han venido
construyendo mitos en la investigación; ahora de manera participativa, la investigación social y la innovación social -en su
devenir- edifican nuevos paradigmas y permiten verlos cohabitar -sin detrimento de una investigación mucho más cercana
a la sociedad, a las personas- en el devenir de la vida porque tiene que ver con eso, con la cotidianidad, con lo que puede
pasar en un momento determinado y pasa como consecuencia de ser seres vivos caóticos en su máxima complejidad.
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Referencias
Augé, M. (1998). Los “no lugares”, espacios del anonimato: una antropología de la sobremodernidad (4ª ed.). España:
Gedisa.
Martinez, S. C., Morales, A., & mez, J. E. (2018). Aplicación de la Gestión Estratégica de Nichos para comprender
cómo las universidades contribuyen al desarrollo de los nichos de innovación social: el caso del Parque Científico
de Innovación Social en Colombia. Recerca: revista de pensament i anàlisi, (23), 95-130. Recuperado de
https://raco.cat/index.php/RecercaPensamentAnalisi/article/view/343561
Papa Francisco (2015). Encíclica Laudato si’. Recuperado de https://www.aciprensa.com/Docum/documento.php?id=552
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