Ante ello, los profesionales de estas áreas deben estar dispuestos a ejercer uno de los perfiles ocupacionales que varias casas
de estudio universitarias enuncian, referido a ser un profesional investigador científico, visto como una estrategia
significativa que visibiliza al experto y no solo a título personal sino incluso al gremio que representa. Tomando en cuenta
esto se reconoce la esencia de la estrategia, según lo decretado por Porter (1999), como la elección deliberada de un conjunto
de actividades diferentes para presentar una combinación única de valor. En este caso el autor se centra en la estrategia
basada en actividades singulares para llegar a ser diferentes al común.
El común se refiere a lo que está en el ambiente, el entorno donde se socializa y se visibiliza, por lo que, de esa masa de
personas naturales en el campo de acción similar, ¿cómo me diferencio?, ¿de qué manera estoy creando valor para ser
reconocido? [...] todo ello para llegar a identificar y sostener un efecto diferenciador que permita generar confianza, respaldo
y por supuesto monetización, respaldada no solo en una titulación sino en su accionar experto continúo evidenciado por lo
que hace en su quehacer profesional y lo que visibiliza a la sociedad en general al darlo a conocer de manera escrita o
verbal.
En el ámbito investigativo, De La Hoz, Cantillo y Ramírez (2022) refieren una relatoría de acontecimientos que narran la
naturaleza del movimiento unificador de la Gran Colombia de 1819 por medio de una revisión literaria histórica, resaltando
el comportamiento de la investigación sobre todo en el área administrativa-contable en las primeras dos décadas del siglo
XXI, encontrándose que el desarrollo investigativo en estas áreas se evidencia con mayor ímpetu en Venezuela y en una
fase naciente que ha tratado de tomar fuerzas en Colombia. Sin embargo, en Ecuador y Panamá, este movimiento está
surgiendo y se encuentran ciertas necesidades focalizadas que al desarrollarlas se aportará al carácter científico de la
disciplina, por lo cual se requiere desarrollar actividades investigativas en esta materia.
El estudio histórico referenciado valida la necesidad apremiante de que los profesionales en las áreas económicas,
administrativas y contables se dediquen a la investigación, resultando ventajoso desarrollar planes de acción que aporten al
quehacer profesional y a la ciencia, donde se genera la episteme en función de responder a las falencias y hechos positivos
que se dan en el medio o la creación de ellas ante la ausencia de alternativas que aporten al sentido de la vida de las
sociedades de personas naturales y jurídicas.
En este sentido, los profesionales de las ciencias económicas, administrativas y contables, deben desarrollar actividades
investigativas orientadas a persuadir a los entes gubernamentales y no gubernamentales y a la sociedad en pleno en función
de acelerar el desarrollo económico que propicie al desarrollo de los pueblos, y de esta manera no accionar a espalda de las
realidades que evocan la necesidad de un desarrollo sostenible enmarcados en la agenda 2030 de los Objetivos de Desarrollo
Sostenible (ODS).
Es así como se espera que los profesionales de las ciencias económicas, administrativas y contables aporten a la
construcción de sociedades más sostenibles, es así como se constata que ”el perfil profesional debe darle dignificación y
valor a la sociedad con respecto a los aportes que se den desde la labor investigativa disciplinar e incluso multidisciplinar”.
Según lo anterior, de manera reflexiva se categoriza la investigación como una estrategia competitiva que el profesional
debe ejercer éticamente y solo así llegará a ser un efecto diferenciador en la comunidad de expertos. Por eso, aunque
profesionalmente se le reconozca como un economista, administrador de empresas, negociador internacional, contador
público, u otra profesión de estas áreas del saber, puede alcanzar una posición defendible que genera su propio “retorno de
su inversión”, en virtud de los recursos económicos, tecnológicos, financieros y de tiempo aplicados a esta actividad
enriquecedora que genera ventaja competitiva en el profesional.
Así pues, a modo de conclusión, se plantea un interrogante que pretende emitir criterios de reflexión en los expertos de las
áreas mencionadas en este escrito, al puntualizar: ¿cómo el estilo de vida enmarcado en la investigación científica llega a
ser una ventaja competitiva diferenciadora en el grupo de profesionales o expertos? De manera muy concreta, al hacerse
visibles, es decir dándose a conocer en el entorno donde interactúa y en otros donde tienen la posibilidad a futuro de ser
reconocidos, por su capacidad investigativa y de innovación reflejada en sus aportes a la sociedad, categorizados en
producción científica disciplinar y multidisciplinar.