Esto ha sido coherente con el aumento en los últimos años, del uso de la perspectiva de género y la inclusión de los ODS en
sentido general, como elemento importante en las investigaciones en el país. Lo anterior pudiera apuntar a un reconocimiento,
por una parte, de las desigualdades existentes entre las que se incluyen las de género y las educativas, y por otra, por la riqueza
de los resultados que se pueden obtener de su incorporación a nuestra práctica investigativa.
Una fortaleza que ha tenido la maestría de una edición a otra, como ya hemos comentado, ha sido el aumento en más de un
25,0% de las tesis que han abordado el análisis ODS 4, 5 y 10. Ello puede responder a un mayor reconocimiento de la
importancia de su inclusión o sus beneficios y a la necesidad de ahondar sobre las problemáticas derivadas de un ejercicio
desigual en el plano de la educación, las inequidades de género, y en general de las desigualdades en cualquiera de los ámbitos.
Sin embargo, existe otro elemento que vale la pena reconocer y es el aumento de la presencia de hombres como autores de
estas investigaciones. Como muestra la Figura 1, a pesar de ser las mujeres las que tienen un mayor peso en ambas ediciones
y aun cuando en la edición XIII la proporción de mujeres matriculadas disminuyó en 7 puntos porcentuales (datos aportados
en el acápite relativo a la caracterización de los maestrantes), resulta notorio que los hombres que tratan estos temas
aumentaron del 5,3% al 23,5%, un incremento de casi el 20,0%, del total de maestrantes en ambas ediciones.
Un comportamiento similar se puede observar en la inclusión de temáticas asociadas a los ODS 4, 5 y 10, como problema de
investigación. Si bien, en la Edición 12 solo el 36,8% de las tesis la declararon en su diseño de investigación, ya para la
próxima esta cifra aumentó a 58,8%. El aspecto más positivo ha sido la incorporación de los hombres en un número mayor
que la cantidad de mujeres en la Edición 13 (35,3% vs. 23,5%); especialmente los temas de género fueron los más abordados
por estos. Esto último pudiera contribuir a desmitificar que los temas de género son solo “cosas de mujeres”.
Sin embargo, se debe reconocer un aspecto a ser atendido y superado. Al realizar el análisis de contenido se identificó que,
algunas de las investigaciones no lograron trascender el análisis por sexo. Esta, pudiera decirse, que es la manera más simple
de entender las desigualdades genéricas. Además de caracterizar los fenómenos distribuyéndolos entre hombres y mujeres, se
debe indagar sobre el trasfondo patriarcal y de construcciones sociales que condicionan que se produzcan los fenómenos tal
cual se nos presentan.
3.4 Criterios del claustro de profesores
En el estudio participaron 15 personas del cuerpo docente de la maestría. De ellas, 9 autoidentificadas como sexo femenino y
6 como masculino; 6 de color de piel blanca, 5 mulata y 4 negra. Las edades se concentran entre los 40 y 60 años (4), de 61 a
70 años (5) y mayores de 71 años (5). Todos residen actualmente en la capital cubana, y de ellos 6 son oriundos de otros
territorios.
Como requisito de la maestría, la composición por categoría docente y grado científico es homogénea, con un 100% de
doctores/as y profesores/as titulares. En dos casos se adiciona la condición de Profesora Emérita y en tres de Consultante
(reconocimiento al profesor titular en el sistema de educación superior cubano). Las trayectorias reflejan el carácter multi e
interdisciplinario de la maestría, donde se combinan saberes de la Economía, la Sociología, las Ciencias Políticas, la Filosofía,
la Historia, la Psicología y las Ciencias de la Educación.
Los años de experiencia profesional abarcan desde los 12 hasta los 57 años, con una media en las cuatro décadas; predominan
las personas con más de un lustro de trabajo, lo que implica que han participado en varias de sus ediciones. Los cursos que
imparten son muy diversos. Algunos de ellos plantean explícitamente las prioridades de los ODS 4, 5 y 10 como Antropología
de Género; Educación y Desarrollo; Pobreza, exclusión y desigualdad social, y Políticas sociales. Otros cursos que promueven
la inclusión de los ODS son Concepción y Metodología de la Educación Popular, Diseño y evaluación de proyectos de
desarrollo, Desarrollo local y comunitario, Proyección y evaluación del desarrollo social, Estrategia de Desarrollo en Cuba,
Teorías del desarrollo, Economía Internacional, Estado y Sociedad, Neocolonialismo y Dependencia, Geopolítica en América
Latina y Caribe, Medio ambiente y Desarrollo y Metodología de la Investigación Social.
De las 10 metas del ODS 4, se tributa a 6, según las percepciones del profesorado. Los cursos promueven conocimientos y
valores en los maestrantes, para que aporten desde sus espacios laborales y políticos al desarrollo de competencias
profesionalizantes que permitan un mejor acceso al empleo en Cuba y América Latina. Otras metas también son ampliamente
abordadas como se ilustra en la Figura 2. Las pocas personas que consideran que sus contribuciones son nulas y bajas, se
enfocan en el acceso igualitario a diferentes niveles de educación. Ello podría estar relacionado con una percepción muy
positiva del sistema educacional cubano, desplazando los temas de sus clases hacia otras necesidades. No obstante, es un
asunto a priorizar, dadas las tendencias a la ampliación de brechas en el acceso a la educación superior.