I- Introducción
La Organización de Naciones Unidas (ONU, 2015), con el firme propósito de salvaguardar la paz y proteger los derechos
humanos sobre la base del respeto y la justicia internacional, así como el establecimiento de estrategias que originen el
progreso económico y social, ha facilitado visualizar la problemática actual de vida en el planeta, con miras a lograr
alternativas de cambio necesarias y pertinentes, motivo por el que durante la “Cumbre de Desarrollo Sostenible 2015”, se
aprueba la Agenda 2030 para el Desarrollo Sostenible, devenida en una importante proyección internacional hacia el
cumplimiento de sus objetivos: mantener la paz y la seguridad en el mundo, fomentar relaciones de amistad entre las naciones,
propiciar la cooperación internacional en la solución de problemas globales y contribuir a la promoción del respeto de los
derechos humanos, además de servir de centro mediador de los esfuerzos entre las naciones. Muchos han sido los retos
surgidos, al guiar la mirada hacia las dificultades existentes a nivel global y manteniendo el firme propósito de lograr un
mundo mejor, más justo y sostenible. La vida en el planeta es y ha sido amenazada por la acción humana durante siglos y
múltiples serían los ejemplos que dan fundamento a esta afirmación, motivo por lo que solamente la toma de conciencia y un
cambio en el actuar, generaran las transformaciones esperadas.
Un marco de resultados compuestos por 17 Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS), 169 metas y 232 indicadores, fueron
constituidos bajo la premisa de exhortar a todos los países a adoptar medidas para promover la prosperidad, concediendo vital
importancia a la protección del planeta. Cada objetivo muestra la preocupación hacia el mejoramiento, no solo de la vida en
el planeta, sino del propio ser humano como responsable de transformaciones, cuyas consecuencias ya representan una terrible
amenaza para su existencia y, a su vez, están proyectados en lograr su cumplimiento, sin embargo, la profundidad del tema
nos lleva a considerar que elementos como la equidad, la paz, el respeto por la diversidad, la soberanía, la lucha contra la
violencia de cualquier tipo, el avance en la eliminación de las brechas de género, el adecuado control de los recursos naturales,
el establecimiento de alianzas entre todas las naciones, solo por mencionar algunos, tienen una sólida base en la transformación
del ser humano que seamos capaces de lograr a través de la educación (ONU, s.f.).
Cuba, como país miembro de la ONU, ha desarrollado una estrategia de implementación de los ODS, en los diferentes espacios
de impacto económico y social de la nación. El análisis del “Informe de avance cuatrienal sobre el progreso y los desafíos
regionales de la Agenda 2030 para el Desarrollo Sostenible en América Latina y el Caribe”, documento coordinado por la
Comisión Económica para América Latina (CEPAL, 2019a) y como resultado de “El Foro de los Países de América Latina
y el Caribe sobre el Desarrollo Sostenible - 2019”, permite considerar datos importantes y actualizados sobre el
comportamiento de la presencia femenina en la enseñanza superior en países del área, siendo mayoritaria con respecto a la
presencia masculina (CEPAL, 2019b).
Según datos obtenidos de la conferencia Inaugural: “Universidad y desarrollo sostenible. Visión desde Cuba”, impartida por
el Dr. C. José Ramón Saborido Loidi, (2020), como parte del 12 Congreso Internacional de Educación Superior, Cuba muestra
un 64% de presencia femenina en la matrícula universitaria, un 60% de mujeres en los claustros docentes y un 52% en los
equipos de dirección. Los datos anteriores son resultado de un arduo trabajo hacia el fortalecimiento de la política educacional
cubana, sobre la base del constante perfeccionamiento, con vistas a lograr un mayor acceso de mujeres a cargos de dirección
y como resultado, una participación más equitativa en la toma de decisiones.
II- Planteamiento Teórico
La Universidad de Matanzas, exhibe cifras importantes de la participación de las mujeres en cargo de dirección, así como
otras responsabilidades en la toma de decisiones, lo cual es resultado de la alta implicación de su claustro, en este largo
proceso. El centro cuenta con la “Cátedra de Género, Cultura y Sociedad”, por orientación de la Federación de Mujeres
Cubanas (FMC), organización que con ardua y reconocida labor en beneficio de las mujeres cubanas, propiciaba la creación
de cátedras de la mujer en todas las universidades del país.
La idea tenía su base en espacios importantes de repercusión internacional, proyectados en estrategias básicas para fomentar
la igualdad de género. Algunos de estos conocidos espacios como plantea González Robaina, Domínguez Villalonga y
Rodríguez Benítez (2019, p.81) son :
• La Cuarta Conferencia Mundial sobre la Mujer, efectuada en Beijing, 1995.
• La ONU en aras de estructurar una línea de trabajo en los diferentes estados, se proyectó en acciones concretas.
• La Declaración y el Programa de Acción originados en la Cumbre Mundial sobre Desarrollo Social, celebrada en
marzo de 1995 en Copenhague, Dinamarca.